Sobre el Taller Literario "Punto Seguido"

Este Taller Literario es coordinado por la escritora Leticia Marconi y tiene lugar en Punta Alta, Prov. de Buenos Aires, Argentina.

domingo, 8 de agosto de 2021

¿Cómo se hace?



Barrer la vereda

En primer lugar, es importante tener una vereda. Es la carta de presentación de su hogar o su negocio. Debe estar prolija e higiénica, como si fuese su rostro.
Para el barrido es imprescindible contar con la ayuda de una escoba, un barrehojas o una hoja gigante de palmera. Usted debe mecerlo, como si fueran las olas del mar. No olvide que para que el resultado sea exitoso, debe haber hojas, papeles o tierra, si no, el esfuerzo es en vano. Piense en su vida, en cómo está y cómo estaría sin orden y sin proyectos. Mueva, saque lo que le molesta.
Una vez realizado el trabajo, se debe juntar la basura y ponerla en una bolsa o caja, y dejarla en un lugar visible para que se la lleve el recolector (como si desechara también sus malos recuerdos). El juntado se realiza con una herramienta adecuada para ese fin; parece muy simple, pero sin la pala, el recogimiento de los desperdicios se dificulta enormemente. Es como cambiar la mugre de lugar, como reconocer lo que nos hace mal y no hacer nada para cambiar.
A fin de mantener buenas relaciones con sus vecinos y que la higiene permanezca, esta tarea se debe repetir a diario, o cada dos días, dependiendo la estación del año y el clima reinante. ¡Igual que un buen baño con la bañera llena de espuma! (Fabiana)


Escribir una nota

A menudo solemos escribir notas. Pero ¿qué es una nota? Una nota puede ser un texto, un apunte.
Para ello, debe hacerse de manera inconsciente al menos alguna de estas cinco preguntitas: ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde?, ¿por qué? Eso ayudará a organizar la información que desea dejar plasmada en el texto, y ya no digo papel porque también puede ser en cualquier dispositivo electrónico, llámese computadora, celular, iPad, y demás.
Comenzará con una actividad de coordinación motriz, momento en que se realiza el enlace entre el cerebro y la muñeca que articula las falanges para arrancar, y a partir de allí, tipear o escribir el título o referencia de la nota.
Con sincronía moverá dos dedos de cada mano y, si es muy diestro, con suerte cuatro de cada una en caso de hacerlo en la computadora, si no elegirá un instrumento que considere apropiado para la misión. Podrá ser una lapicera, lápiz, marcador y el color ¡vaya uno a saber! El que quiera. Colocará lo que eligió entre el pulgar y el dedo índice apoyándolo en su dedo mayor. Deberá ejercer la presión justa sobre la superficie del papel sosteniéndolo, en instantes la magia de la tinta o el grafito dibujarán los trazos que usted le indique.
Al finalizar la primera oración recuerde colocar punto y aparte. No olvide dejar sangría al comenzar la próxima, es ese espacio que obtiene al presionar la tecla de flechas a su izquierda. Descanse y tome aire cada diez o quince palabras, eso servirá para reorganizar las ideas. Una vez que termine, si es posible, relea y busque errores ortográficos. Si lo hace en algún dispositivo, despreocúpese; en seguida notará un subrayado irregular rojo si el sistema no reconoce la palabra, y podrá corroborar y arreglar. En cambio, si el subrayado es azul, el error consiste en espacios mal planteados; simple, los acomoda y ya está.
Ahora, amigo, agárrese. Si escribió a mano alzada y no tiene a su lado un compañero que lo lea, entonces rece porque lo haya hecho bien y el mensaje llegue de manera correcta a destino. (Silvia)


Tejer un pulóver

¡Hola, amigas! ¡Volví! Traigo nuevos tutoriales para que alegren sus días y agasajen a sus seres queridos.
Hoy voy a explicarles cómo tejer un pulóver.
Lo primero que tienen que pensar es a quién se lo van a regalar. Esto es fundamental para saber de qué talle lo van a hacer y de qué color. En cuestión de colores, cada uno tiene una preferencia.
Cuando han solucionado este primer paso, van a un negocio de venta de lana, eligen el color y compran unas agujas para hacer el elástico y otras para el resto de la prenda. Si no saben qué agujas corresponden, seguro que las vendedoras las van a orientar.
¿Ya están en casa? Empecemos.
Si el destinatario es un adulto de altura y peso estándar, con 128 puntos podemos empezar. Calculamos una cadera de 97 cm, una manga de 24, el largo de 63 y el ancho de espalda de 31 cm.
Y ahora ¡a tomar las agujas! Montar en una de ellas los 128 puntos y con las agujas más finitas comenzar a tejer los puntos base. (En el tutorial anterior ya aprendieron a hacerlo). Ahora empezamos a tejer el elástico: un punto derecho, uno revés; un derecho, un revés… Verán que queda ajustadito y prolijo. Con aproximadamente 10 cm ya estará listo.
Cambiamos a las agujas más anchas y seguimos con el punto para Jersey: una vuelta derecho, una vuelta revés. Les recuerdo que el punto revés va con la pancita para arriba y el punto por arriba de la aguja, y el derecho con el punto por debajo de la aguja.
Calculen cuántas vueltas deben hacer de acuerdo al tamaño de quien va a ser alojado por el pulóver.
Cuando estamos a la altura de las sisas debemos ir disminuyendo y, al llegar al cuello, podemos cerrarlo con otro elástico como el que hicimos al comenzar.
Para las mangas seguimos el mismo procedimiento. Les recuerdo que las disminuciones se hacen en vuelta derecha, se cierran seis puntos, se hace una vuelta y así sucesivamente.
Para unir las mangas con el cuerpo del tejido, es conveniente usar agujas de crochet.
Si les gustó el tutorial, me escriben y me lo dicen. Las espero la próxima semana con nuevas ideas para prepararnos para la primavera y recuerden, cuando acaricien a las agujas, que en cada mujer hay una Penélope esperando a su Ulises. (Adela)


Disfrutar de un paisaje

Esta es una acción de lo más simple y divina. Será suficiente con mirar, pero no cualquier cosa, no se disfruta de un paisaje todo el tiempo. Por eso, tendrás que encontrar un lugar muy hermoso en el que te sientas cómodo, y observar. Para poder disfrutarlo deberá ser únicamente de tu agrado.
Uno de aquellos lugares podría ser una zona llena de naturaleza, con un lago o cascada, césped, repleto de preciosas flores, arboles y montañas. Bastará con que te guste lo que veas.
Cuando sientas que has maravillado a tus ojos y estés plenamente satisfecho, en ese momento estarás disfrutando totalmente de un paisaje. (Julieta)


Injertar un gajo

Deberá usted tomar nota si pretende injertar un gajo.
En primer lugar, tendrá que contar con las herramientas adecuadas: una buena tijera de podar afilada y unos guantes lo suficientemente gruesos como para proteger sus manos, pero no demasiado porque con ellos deberá maniobrar el elemento afilado. Unas tiritas de tela para usar después. Ah, y un balde con agua.
Si está dispuesto a hacerlo, le sugiero observar con atención la planta. Sin apuro y en detalle. Porque no es fácil determinar cuál es el tallo indicado. El que sea apto para la operación. Sólo un ojo entrenado puede detectarlo a simple vista. Pero para eso, usted debería haber ejercitado el oficio por años. Si quiere tener éxito con el injerto, el tallo que se va a utilizar como gajo debe tener buen aspecto.
Con los guantes colocados, y la tijera cerca, usted debe sostenerlo. Aunque así lo parezca, no es una tarea sencilla. Debe tomarlo con firmeza con dos dedos de una mano, y con la otra, ejecutar un corte limpio usando la tijera afilada, siempre en sentido diagonal. Le recomiendo tener mucho cuidado con las espinas porque suelen ser traicioneras.
La precisión del corte le permitirá injertarlo de tal forma que no quede espacio libre, tan peligroso este último como un corte desafortunado. ¿Por qué se lo digo? Porque por allí puede entrar cualquier cosa que afecte a la salud de la planta.
Le aclaro que el injerto dependerá de esas dos cosas: del buen ojo y del buen corte. Pero no es todo.
Elegir el tallo receptor del gajo también conlleva una dificultad. No cualquiera acepta al extraño, debe ser un tallo amable dispuesto a someterse a la intromisión y, sobre todo, asumir que recaerá en él la responsabilidad. Por esto, realizar un buen corte en el receptor para adosar el gajo también requerirá de la destreza de quien realice la tarea. Pero si usted lo logra, sólo resta envolver ambos con las tiritas de tela preparadas para tal fin. Envolver esa unión con delicadeza (para que no sufran) y regar la planta enseguida darán por finalizada la tarea. (Analía)


Exprimir una naranja

Estamos en invierno, época de resfríos, gripes y demás yerbas y se hace necesario incrementar la ingesta de vitamina C. Para eso vamos a la verdulería y compramos cantidades ingentes de naranjas.
Lo primero que debemos tener en cuenta es elegirlas con cuidado. Las llamadas de ombligo, grandes y dulces, son muy buenas para comerlas; ahora bien, si lo que queremos es exprimirlas para obtener el zumo, es recomendable buscar el cajón que dice “para jugo”.
Una vez en casa, sacamos la fruta de la bolsa y la desinfectamos (el COVID no es chiste) y buscamos el exprimidor. Este adminículo culinario consiste en una base o receptáculo y una parte superior que encaja en dicha base, con una protuberancia aguda y acanalada rodeada de una especie de colador que permite que el zumo caiga en el receptáculo ad hoc.
Para exprimir una naranja con eficacia debemos cortarla por la mitad en forma transversal, sobre un plato para evitar que su jugo nos ensucie la mesa. Podemos utilizar un exprimidor eléctrico o a tracción a sangre. Con el primero, el procedimiento es sencillísimo: lo enchufamos y posamos suavemente sobre la protuberancia nuestra media naranja, con una leve presión el aparato se pondrá en marcha y obtendremos la bebida buscada.
En caso contrario, tomaremos firmemente la media naranja con nuestra mano hábil, la apoyaremos sobre prominencia y con fuerza la rotamos para despojarla de su jugo. Si usamos la izquierda, la rotación seguirá el movimiento de las manecillas del reloj; si usamos la opuesta, el giro será anti horario. De cualquier manera, el resultado es un delicioso zumo.
Las cáscaras podemos guardarlas para caramelizarlas o convertirlas en una exquisita mermelada. En cuanto al néctar obtenido, podemos beberlo en cualquier momento del día. Y un “tip” para tener en cuenta: con vodka, ron o tequila se transforma en deliciosos cocteles contra los que ni el más pertinaz virus se atreve. (Alicia M.)


Regar las plantas de la vereda

Primavera. Época ideal para que usted aprenda a regar las plantas, en especial a las que engalanan la vereda.
Primero, debe controlar el estado del hueco que le da arraigo: limpiarlo de malezas; esparcir fertilizante -es imprescindible que sea natural, nada de químicos que perjudican el medio ambiente-; dar vuelta la tierra para airearla, tiene que dejar el espacio suficiente para contener una buena cantidad de agua, como mínimo cinco centímetros hasta el borde.
Si en su jardín cuenta con una canilla baja, busque una manguera y adósela al grifo. Extiéndala hasta llegar a la base de la planta, abra el grifo y deje que el líquido fluya. Cuando se colme la capacidad del hoyo sin que se desborde -no derroche agua, existen personas en el mundo que mueren de sed-, cierre el pasaje de agua. Recoja la manguera con prolijidad y guárdela en un lugar sombreado para que no se reseque.
Si no tiene esa comodidad, busque dos baldes medianos; si son grandes su cintura pagará lamentables consecuencias.
Cargue hasta tres cuartos de la capacidad de los recipientes antes mencionados o se mojará el calzado cuando haga el vaivén propio de su caminar. Con un balde asido en cada mano para equilibrar y coordinar sus pasos con los brazos colgando a los costados del cuerpo, proceda a hacer tantos viajes hacia el árbol como sean necesarios hasta colmar el hoyo.
Al concluir su tarea, apile los baldes uno dentro de otro y guárdelos boca abajo para que no se ensucien.
Repita la operación cuando note que la tierra comienza a secarse.
No lo olvide: si le gustan las aves mantenga sus árboles saludables. Siempre podrá disfrutar de una sombra refrescante acompañado de una hermosa melodía. (Alcira Elena)


Escribir un cuento


Escribir un cuento “no es moco de pavo”, como dijo alguna vez Graciela Cabal.
Primero tenemos que decidir si es un cuento popular, de la tradición oral, folklórico, policial, de misterio, terror, fantástico y de hadas, realista, para niños y/o adultos. No es tan sencillo. Es como pensar en una caminata. Es diferente recorrer un sendero de flores y arbolado, que un camino al borde de un precipicio. Un sendero angosto con piedras y ramas, que otro llano y espacioso. Dar pequeños pasos en un recorrido corto, que andar kilómetros y kilómetros sin descansar.
Vamos a suponer que decidimos escribir un cuento maravilloso o de encantamiento, tan atractivo para los niños.
Primero tendremos en cuenta la taxonomía de este para familiarizarnos con conceptos fundamentales como título, categoría literaria, clase, ciclo, tipo (resumen genérico). Las distintas variantes (A o B), versión recreada o literaria, arquetipo, motivo….
Si queremos ahondar mejor, buscaremos los sistemas de clasificación como los de la escuela finlandesa. Guiarnos por los pasos de Propp, llamadas funciones. Y…
¡Ya se! ¡No entendieron nada! Bueno, luego les paso la bibliografía y, como dice el refrán: “piano piano se va lontano”.
Aquí van los pasos a seguir para escribir un cuento maravilloso y hacer alguna adaptación a nuestros días:

1.- Una situación inicial de carencia o problema. Ej.: hambre, princesas aburridas o caprichosas, príncipes molestos, etc.
Si lo traemos a la actualidad ¿es factible?, ¿les resuena? En este caso sería un cuento realista, no maravilloso.

2.- Convocatoria: El rey llama para resolver esa situación inicial. El héroe o heroína se hace presente.
Podemos hacerlo actual: el presidente de institución política, religiosa o deportiva pide ayuda para encontrar soluciones y seguidores que lo apoyen.

3.- Viaje de ida: El héroe realiza el camino para encontrar la solución. Por supuesto tiene que volver.
En la realidad, a veces los “héroes” creen tener la solución y quieren quedarse allí y no retornar a su estado anterior.

4.- Muestra de generosidad y/o astucia para ayudar y socorrer a otro u otros. 
Aquí se me está complicando: ¿podemos hallar alguno de estos atributos hoy en alguna persona que esgrima poder y arrogancia?

5.- Entrega de un objeto mágico: Por haber sido bueno y generoso, el héroe recibe un objeto fantástico que soluciona todos sus problemas.
Bueno, bueno, ya sé lo que se están preguntando: si yo fui y soy tan buena, amable, dadivosa, ¿dónde me entregan un objeto maravilloso?
Tranquilas. Yo también me lo pregunto. Recuerden que hablamos de cuentos. En la realidad, este paso no va.
¡No lloren, por favor! Si no, no puedo seguir.

6.- Combate: El héroe y el agresor se enfrentan. Por supuesto, el protagonista siempre vence.
¡Otra vez llorando! Paren, paren…

7.- Las pruebas: El héroe o heroína pasa difíciles pruebas que supera gracias a la ayuda del objeto mágico.
¡Quiero unooooo! También ustedes, ya lo sé.

8.- Viaje de vuelta: ¡Uf! Al fin después de tantas idas y vueltas el héroe VENCE.
¡HURRA! Y vuelve.

9.- Reconocimiento del héroe.
¡No lloren más! Alguien seguramente las premió o premiará.

10.- Final: Él o la protagonista logra su propósito: casarse, comer un postre, bailar, cantar, hacerse famosa/o, etc.

Como conclusión, les diría que después de estas instrucciones (no muy sencillas, pero tampoco imposibles), nos dediquemos a escribir un cuento maravilloso que nos transporte a soñar, y dejemos que sigan escribiendo la realidad aquellos que ya la contaron y siguen escribiéndola en la actualidad. (Alicia G.)


 




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