Sobre el Taller Literario "Punto Seguido"

Este Taller Literario es coordinado por la escritora Leticia Marconi y tiene lugar en Punta Alta, Prov. de Buenos Aires, Argentina.

domingo, 23 de agosto de 2015

Predominio: ¿qué letra preferís?

Momento místico (Susana)

María miraba media medalla milagrosa mojada.
Mario, majestuoso, montaba motocicleta mugrienta.
Miguel, misterioso murmuraba; musitaba mucho: —Muy mal, muy mal. Macanudo mamporro, Miguel.
Moretones muy marcados, macilentos. Miedo macabro.
Mientras, Melisa movía melodiosamente manitas menudas milongueando música melancólica.
—Madre, mira mi muñeca morena, manchada, marrón.
Minina, mimosa, malcriada maullaba. Masticaba migas, mordía manzanas.
Mariposas melosas madrugadoras merodeaban mágicamente malvones morados, margaritas mustias, macetas macizas, mosquetas marchitas.

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Casi casamiento (Camila)

Candela Carla Castel, científica colorada, compañera, considerada, comprensiva, cálida. Comprometida con César Castaño, comandante cruel, cínico, correcto, conservador. Conocidos casualmente cuando cabalgaban caballos ciegos. Comunicaron cariño cayendo cansados. ¡Cuánto cariño! Césped cómplice. Confiando ceder, confirmaron casorio.
Cúspide con campana, catedral colorida, corazones compasivos, copas con Coca-Cola, cura casual, chaparrón constante. 
Catalina clamó: —¡César culpable! ¡Cometió crimen! ¡Cuidado Candela! 
Caducando calma, caducando cariño. 
César cometió crimen, cumplió condena casi cuatro cuatrimestres completos. Candela, cundiendo calma, corrió caminos considerando cualquier casino con Catalina como cómplice.
Cien cuatrimestres concluyeron como chasquidos. Candela consumía café cuando César corrió cual cliché. Confirmó crimen. Completamente cobarde, con cinismo.
¡Cuánta chiripa! Castel, clemente, considerando compadecer comprendió cada circunstancia. Corazones clarearon.
Casi casamiento. Candela, César... continuaron coexistiendo como compañeros.

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Solo (Nicolás)

Solo salió solo, sin sol. Su soledad sació su sabiduría sin soltar su sensibilidad.
Sediento sauce sin sendero, semifusa solitaria, sensaciones sin sorderas.
Su saco sortearon sin S.O.S. Sosegó sus sospechas.
Sabores saturados sin sosegarlo. Sus sensaciones sobre su ser saciaron saturadamente su suicidio.
Sanguijuelas sedientas succionaban su sucia sangre. Seres sospechosos separándolo sustancialmente. Suazo rió suave sobre su sociedad, súbditos súbito. Se sostenían sobre su ser. Salían sonrisas sobre sus sueños, sollozos sobresalían. Sobrevolaban sus sueños. 
Soñador suicida. Salió solo, sin sol.

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Las librerías (Lydia)

Luego los lóbregos líderes laboristas lanzaron líneas limitadoras, lesivas, lapidarias. Los longevos libreros lamentan: ¡Luchen, luchen!
Lujosos locales luminosos luciendo luces led liquidan leyendas ¡lástima!: libros limitados, libretos lujuriosos, láminas litográficas, laberintos, listas largas, libelos, letras.
Leales libroamantes lastimados, lloran.
Licencia lingüística: lloran.

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Definitivamente (Viviana)

Donald deambula distraído. Daisy duerme despatarrada. Dumbo disfruta dándose duchas desestresantes. Dale, divertida, devora docenas de deliciosos dátiles disecados. Debajo del duraznero dorado, Dippy dormita distendido.
Definitivamente, Disneylandia descansa.


sábado, 8 de agosto de 2015

Tankeando haikus

Hemos tenido la osadía de transformar Haikus de Jorge Luis Borges y Mario Benedetti en... 



TANKAS

El mar de todos
no es como mi mar
él me conoce
sabe nuestro secreto
que mi corazón guarda. 
(Benedetti/Camila)


Esta es la mano
que alguna vez tocaba
tu cabellera
ya no vive agua fresca
callos y llagas llora.
(Borges/Maxi)


Si no se esfuman
hay que tener cuidado
con los fantasmas
que buscan en la noche
robar hasta tu alma.
(Benedetti/Lydia)


Aquí seguimos
los niños y los viejos
irresponsables
tan cerca uno del otro
y con gran regocijo.
(Benedetti/Viviana)


La ociosa espada
sueña con sus batallas.
Otro es mi sueño.
No por inalcanzable
menos real y vivo.  
(Borges/Alicia)


La golondrina
de vuelta a su pasado
no encuentra el nido.
El pasado no está
se fue sin dejar huellas.
(Benedetti/Susana)


Desde el espejo
mis ojos no me miran
miran al tiempo
alejándose, lejos,
pues mi vida se va.
(Benedetti/Nicolás)


Parece cuento
al barco lo defienden
los tiburones
feroces insolentes
no saben de piedades.
(Benedetti/Adela)