De la imagen a la palabra

*Penumbras

María acaba de dar a luz a Sofía. En la sala de la maternidad, entre flores, osos y batitas recibe un paquete que, por la forma, parece un enorme portarretratos o un cuadro. Lo acompaña una tarjeta de su gran amigo Fidel, que dice: “Querida Sofía, para que te acompañe por el resto de tu vida. Tu padrino, que aún no te conoce y ya te ama”.

Con una sonrisa en su rostro María abre el paquete, pero en vez de las imágenes de ositos, hadas o mariposas que espera encontrar, frente a ella hay uvas, una botella de vino, una copa y una vela.

Obviamente es un error, piensa, las excentricidades de Fidel no pueden llegar a tanto. ¡Regalarle ese cuadro a una niña recién nacida! Ríe, mira el cuadro y mira a ese ser que desde hace pocas horas respira a su lado, y no encuentra nada que pueda vincularlos.

Decide llamar al flamante padrino. Seguramente habrá que realizar un reclamo en el negocio donde fue adquirido, o con la persona que lo había pintado.

Del otro lado del teléfono, Fidel atiende feliz. Y entre felicitaciones y risas le comenta:

—Con el pintor charlamos mucho sobre la idea, tal vez parezca una pintura muy extraña para el cuarto que le decoraste a Sofía. Sin embargo, en esa imagen representamos la vida que ideamos y es mi deseo que la acompañe por siempre. Tiene la luz que la guiará en todo momento, incluso si vos, el papá o yo le faltamos. Tiene racimos con uvas rosadas; cada uva es como un sentimiento, algunos más grandes, otros más pequeños, algunos más dulces, otros más amargos. Hay nueces, que son como las situaciones nuevas, tenés que abrirlas para ver qué traen dentro. Una botella con vino que puede servirse cuando y cuanto desee y que la inspirará para tomar decisiones. Una copa medio llena, ¿o vos dirás media vacía?— bromea—. Y todo ello apoyado sobre un barril que es donde se guarda el vino, ¡para que no se olvide de sus raíces! Ah, y lo más lindo de todo, el título: Penumbras, para que recuerde que, aunque haya oscuridad, siempre habrá un resto de luz.

María llora y ríe a la vez. Fidel es así de loco, así de bueno, así de bohemio. Por eso, ella y su marido lo habían elegido como padrino. (Fabiana)

*Remanso

Paisaje enmarcado, sereno.

El pintor derrama a pleno su paleta de colores, su imaginación. Logra que en mi mente todo cobre vida.

Sentada a la orilla del arroyo, juego con mis pies en el agua.

Al caer de las montañas, una cascada rompe el silencio.

Me levanto. Camino descalza sobre una suave alfombra verde, recojo flores, adorno mi cabello con una gerbera amarilla.

Miles de pájaros anidan en las copas de los árboles, los viajeros hacen un descanso bajo su sombra.

Mi curiosidad me lleva hasta la pequeña casa. Abro la puerta. Entro. Sobre un costado veo una cama, una mesa, un florero, dos sillas y una canilla. Bebo agua fresca.

Pegado en la pared hay un letrero, me acerco y leo: “Cuando deje este lugar cierre bien la canilla para que no se borre la pintura”. (Liliana María)

* Las imágenes pertenecen a la muestra de arte "Desde la realidad hasta la abstracción" de los artistas plásticos Ximena Ruiu y Francisco Ramírez (Biblioteca Alberdi de Punta Alta)