Este texto fue realizado en conjunto por los talleristas que, en forma oral, debían continuar el relato sin previo aviso y al azar.
Desorientada, cerró la puerta
de la habitación y salió corriendo de la casa. Buscaba algo en qué divertirse.
Caminó hasta encontrar una plaza. Se subió a una de las hamacas; aunque era
grande, no le dio vergüenza. Se hamacó durante media hora… y volvió a
aburrirse. Bajó de la hamaca y siguió caminando. Llegó a la estación de tren,
pero allí no había nada. Entró y recorrió todas las habitaciones. Sintió miedo.
Volvió a la sala y se sentó. De pronto miró hacia el cielo y vio unas
nubes negras que le decían que iba a llover. Quiso levantarse pronto pero
apareció un anciano que la miró como si la conociera. Se le acercó y le
preguntó su nombre. Ella quedó muda del susto. El anciano repitió la pregunta.
Luego de pensar un momento le dijo que se llamaba Adela, y justo en ese instante comenzó a llover. Se fueron de
allí juntos. Caminaron de la mano por el centro hasta que empezaron a chapotear
dentro de los charquitos llenos de barro y agua, les gustaba ver cómo las
gotitas manchaban la ropa de un marrón que después no saldría más. Una vez que se aburrieron de chapotear
siguieron caminando hacia la casa de él. Ella se dejaba guiar simplemente por
su mano firme a pesar de la edad. Cuando llegaron, la invitó a entrar y tomar
un té. Ella aceptó. Mientras el anciano preparaba la infusión, Adela comprendió
que esa casa no le era desconocida. Había un cuadro con un señor de bigotes densos
que le recordaba a su abuelo; había una mesa rinconera con una carpeta de
encaje que era casi igual a la que su mamá había tejido para su ajuar antes de
llegar de España. Miró con atención al hombre que traía el té... y, entonces, lo
reconoció:
—¡Qué rico té que hacés, papá!
Autores: Claudio – Adela –
Maxi - Alicia
me encanto....resulto un relato lleno de ternura ...no se nota que eran varios los autores...muy buen ejercicio los felicito
ResponderEliminarGracias por leernos y dejar tu comentario!!!
ResponderEliminar