Los integrantes del taller
también salieron a buscar sus Pokemones
Una rubia (Nicolás)
—Ando buscando mi Pokémon,
¿dónde estará?
—Disculpe, pero el único
Pokémon que estoy buscando es una rubia teñida. No me obligue a meterle tres
corchazos.
Había sido un día complicado y
con varios locos buscando su bicho raro. ¡Cómo no va a ser complicado! Al
primer cazador lo vi andando en patín, no tuve más remedio que soltar al perro.
Al segundo pavo lo encontré parado frente a mi puerta tocando timbre. Le dije que
esperara y que no molestara mientras yo iba a pedir permiso para que pudiera
ingresar. En media hora se marchó, seguro que a seguir cazando.
Podría describir idioteces
ajenas hasta la eternidad si no fuera por mis propias idioteces y locuras: una
vez me quedé una hora esperando a una pokemona en la plaza. Nunca más volví a
hablarle. La tarde amarga de la otra vez salí disfrazado solo para divisar a lo
lejos a un pokémon, una rubia terrible, una loca que enloquece, la lengua más
falaz de la ciudad.
Mientras, en cada hora de cada
día, su recuerdo golpea mi mente y yo me siento lentamente encapsulado en una
esfera bicolor.
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Ando buscando mi Pokémon.
¿Dónde lo puedo encontrar? (Viviana)
Un soplo de talento, un
pinchazo de arte, ¿cómo saber dónde hallarlo?
¿Cómo encontrar el cachetazo
que me despierte el don creativo?
¿En qué lugar tropezar con la
gran oportunidad de mi vida y, así, dejar todo e ir a apropiarme de ella?
La inspiración perdida, la
ilusión mágica. Aquello que Silvio Rodríguez llamó su "Unicornio
azul" y yo llamo mi "Pokémon", por lo convocante y siempre
impredecible; porque parece algo irreal, pero está allí, esperando ser
capturado.
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Mi Pokémon (Adela)
Ando
buscando mi Pokémon. ¿Dónde lo puedo encontrar?
Hoy me desperté tarde, anoche
me desvelé por la búsqueda y decidí pedir ayuda por el facebook.
No sé cuándo lo perdí, tampoco
sospecho dónde, pero ahora que estoy grande lo extraño, lo necesito.
Cuando estoy triste y me
preguntan qué me pasa, no me animo a confesar la causa, me da vergüenza porque
temo que me crean tonta.
Sé que durante mucho tiempo lo
tuve, que a los demás le asombraba que yo lo tuviera pero que no dependía de
mí, aparecía en los momentos más insospechados: en un cumple, en una fiesta,
nunca cuando estaba sola.
El primer signo de que lo
perdí fue cuando compartí en el face algo que antes no hubiera compartido ni
ebria.
Luego comencé a hablar como si
fuera una destapadora de letrinas, y ahora, cuando la vecina al verme abre la
boca dibujando un enorme círculo, ratifiqué mi sospecha de que lo había extraviado.
Amigos del face, ¿dónde puedo
encontrar el pudor que perdí? ¿Me ayudan a buscarlo?
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