Momento místico (Susana)
María miraba media medalla milagrosa mojada.
Mario, majestuoso, montaba motocicleta mugrienta.
Miguel, misterioso murmuraba; musitaba mucho: —Muy mal,
muy mal. Macanudo mamporro, Miguel.
Moretones muy marcados, macilentos. Miedo macabro.
Mientras, Melisa movía melodiosamente manitas menudas
milongueando música melancólica.
—Madre, mira mi muñeca morena, manchada, marrón.
Minina, mimosa, malcriada maullaba. Masticaba migas,
mordía manzanas.
Mariposas melosas madrugadoras merodeaban mágicamente
malvones morados, margaritas mustias, macetas macizas, mosquetas marchitas.
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Casi casamiento (Camila)
Candela Carla Castel, científica colorada, compañera,
considerada, comprensiva, cálida. Comprometida con César Castaño, comandante
cruel, cínico, correcto, conservador. Conocidos casualmente cuando cabalgaban
caballos ciegos. Comunicaron cariño cayendo cansados. ¡Cuánto cariño! Césped
cómplice. Confiando ceder, confirmaron casorio.
Cúspide con campana, catedral colorida, corazones
compasivos, copas con Coca-Cola, cura casual, chaparrón constante.
Catalina
clamó: —¡César culpable! ¡Cometió crimen! ¡Cuidado Candela!
Caducando calma,
caducando cariño.
César cometió crimen, cumplió condena casi cuatro
cuatrimestres completos. Candela, cundiendo calma, corrió caminos considerando
cualquier casino con Catalina como cómplice.
Cien cuatrimestres concluyeron como chasquidos. Candela
consumía café cuando César corrió cual cliché. Confirmó crimen. Completamente
cobarde, con cinismo.
¡Cuánta chiripa! Castel, clemente, considerando compadecer
comprendió cada circunstancia. Corazones clarearon.
Casi casamiento. Candela, César... continuaron coexistiendo
como compañeros.
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Solo (Nicolás)
Solo salió solo, sin sol. Su soledad sació su sabiduría sin
soltar su sensibilidad.
Sediento sauce sin sendero, semifusa solitaria,
sensaciones sin sorderas.
Su saco sortearon sin S.O.S. Sosegó sus sospechas.
Sabores saturados sin sosegarlo. Sus sensaciones sobre su
ser saciaron saturadamente su suicidio.
Sanguijuelas sedientas succionaban su sucia sangre. Seres
sospechosos separándolo sustancialmente. Suazo rió suave sobre su sociedad,
súbditos súbito. Se sostenían sobre su ser. Salían sonrisas sobre sus sueños,
sollozos sobresalían. Sobrevolaban sus sueños.
Soñador suicida. Salió solo, sin
sol.
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Las librerías (Lydia)
Luego los lóbregos líderes laboristas lanzaron líneas limitadoras,
lesivas, lapidarias. Los longevos libreros lamentan: ¡Luchen, luchen!
Lujosos locales luminosos luciendo luces led liquidan
leyendas ¡lástima!: libros limitados, libretos lujuriosos, láminas
litográficas, laberintos, listas largas, libelos, letras.
Leales libroamantes lastimados, lloran.
Licencia lingüística: lloran.
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Definitivamente (Viviana)
Donald deambula distraído. Daisy duerme despatarrada.
Dumbo disfruta dándose duchas desestresantes. Dale, divertida, devora docenas
de deliciosos dátiles disecados. Debajo del duraznero dorado, Dippy dormita
distendido.
Definitivamente, Disneylandia descansa.