Sin destino prefijado (Adela G. Rubio)
Silencio
sombra
recuerdos
un corazón
mil sonrisas
el mar
mi mente
tu ausencia
tu sonreír
tus palabras
y el sol
en mi pensamiento
y la lluvia
en tus mejillas
y un futuro
que es presente
invadiéndonos
la vida
Duda (Alicia Muñoz)
La mano agonizante se eleva
al cielo
con un sollozo gris.
El hombre sufre la angustia
de la perpetua duda.
¿Es esto todo?
¿Es esto todo lo que soy?
¿Cuál es el propósito de mi
existencia
en la vasta creación?
El hombre, capaz de crear
el caos y la maravilla,
se pregunta:
¿Hay algo más allá de esta
vida,
o es apenas un punto entre
dos nadas?
El alma desgarrada busca
respuestas;
pero obtiene un silencio
impenetrable
de indiferencia.
Solo ante lo desconocido,
el hombre recorre el
camino.
Sólo sabe que el tránsito
es arduo, duro, inhóspito.
Almacén de los iguales (Claudio M. Vita)
Almacén de
los iguales
con cabezas
de papel,
preso estuve
de tus tiempos,
preso sin
poder crecer.
Quiero lo que
no me diste,
lo que no
supe pedir.
Almacén de
los iguales,
no cenaré en
tu mentir.
Me cansé de
tus productos,
de tus
frascos, de tu piel;
de los que
buscan dinero,
el sillón y
no el saber.
Qué bufonada
es la vida
para el que
quiere vivir,
tropieza con
tanta roca
que termina
por morir.
La vida es
eso: gusanos,
y arriba
están los más gordos;
la luz les
brota en los anos
y en los
cerebros los hongos.
Dale, que hay
muchos papeles
para actuar
en la gran obra,
tanta gente
come mierda
que hasta las
moscas se asombran.
¿Y vos sos
tan diferente?,
por tu
protesta o tu angustia;
somos todos
como hormigas,
y el
hormiguero es la tumba.
Estrellas fugaces (José I. Gutiérrez)
La niña
anfitriona de
corazones solitarios
de tibia
mirada
al
sufrimiento del amante.
Vistiendo
alegría seductora
en los
jardines de Palermo
de cerca,
promesas y halagos
de lejos el
grito vacío
del hombre,
del amigo.
El último
amanecer
noche de
violencia y oscuridad
la guerra en
su baile principal
muestra su
rostro descarnado
al amante encarcelado.
El velo de
sus ojos
cayó con el
paso de las lágrimas
y los deberes
de la buena hija
murieron en
brazos del amor inalterable.
Dos almas
unidas.
Testigos de
horas de angustias.
Estrellas
fugaces en la historia argentina
dibujaron
celestes respuestas
en las
páginas de Buenos Aires.
Haikus (Maxi Rueda)
Entre las hojas
misterios vivos llevan
junto a mis sueños.
Ver tanto flujo
difumina las almas
y el viento vive.